El estilo fotográfico de una marca
Tendemos a pensar que el logotipo lo es todo en una identidad visual, y no es así. Hay otros elementos que nos ayudan a comunicar y transmitir los valores de nuestra marca. Entre ellos, la fotografía es uno de los más utilizados.
Las fotografías sirven para algo más que captar la realidad, tienen el poder de emocionar, ofrecer nuevos puntos de vista y comunicar ideas. Si stalkeamos cualquier cuenta comercial en Instagram nos podemos hacer una idea de la personalidad, los valores y la filosofía de marca que hay detrás. Es muy importante definir bien nuestro estilo fotográfico en nuestra publicidad, nuestras redes sociales o nuestro diseño web.
Hay que asegurarse de tener un estilo fotográfico coherente con el resto de elementos de nuestra marca. Cuanto mejor definida tengamos nuestra identidad visual más fácil nos resultará encontrar ese estilo.
Teniendo en cuenta que la marca será el pilar sobre la que se apoya esa identidad, hay una serie de patrones que nos ayudaran a filtrar el tipo de imágenes que vamos a utilizar. Te hablamos sobre algunos de ellos:
Hay que tomar como punto de partida la personalidad de nuestra marca para establecer los patrones fotográficos de nuestro estilo. Por ejemplo, si tenemos una marca que habla de autenticidad, evitaremos montajes fotográficos y escenas cuyo aspecto sea impostado. Si lo que pretendemos es transmitir la sencillez, nos decantaremos por imágenes limpias y calmadas. Para una marca potente y dinámica, nos funcionarán bien imágenes que impliquen movimiento y velocidad.
Dependiendo de nuestras necesidades de comunicación y el tipo de aplicaciones que vamos crear, nos decantaremos por un encuadre u otro. Si somos una marca cuyo valor diferencial son los materiales con los que está fabricado nuestro producto, nos vendrá bien contar con imágenes de primer plano donde se aprecien los detalles. Sin embargo, si nuestra marca se apoya sobre el concepto de libertad mostraremos planos más abiertos donde el espacio libre sea el protagonista.
Tendremos que definir cómo vamos a representar a las personas y objetos que formarán parte de la comunicación de nuestra marca. Si se mostrarán en momentos cotidianos, aisladas, si usaremos retratos, o bodegones… La manera en la que compongamos la imagen nos puede aportar distintos significados.
Definir el tono, el contraste y una saturación determinada nos ayudará a encajar mejor las fotografías dentro de nuestra identidad identidad visual o transmitir un mensaje determinado. Las imágenes con un alto contraste son más vibrantes, potentes y transmiten mayor dramatismo. Una fotografía menos contrastada nos ofrece un mensaje sosegado y calmado.
Las grandes marcas cuidan mucho la edición de las fotografías con las que comunican, de manera que utilizan un tono acorde a su identidad visual que les sirve para homogeneizar y dar coherencia a todas sus imágenes.
En sus redes sociales, BBVA se presenta con imágenes con tonos fríos y poco saturados con la pretensión de transmitir calma y confianza.
Tonos cálidos, saturados y con alto contraste representan muy bien el espíritu joven, alegre y divertido de Fanta.
Da igual que hagas tus propias fotografías, contrates a un fotógrafo profesional o sean de banco de imágenes,
queda claro que no nos vale cualquier fotografía. Hay que tener una cuidada dirección de arte que construya un estilo de imagen propio. En nuestra marca, las imágenes también cuentan.
