Entender la esencia de una marca y definir una estrategia de marca para su posicionamiento es un trabajo que, elaborado con creatividad y detalle, marca la diferencia.
Una marca tiene una cara visible (su logotipo, su merchandising, sus anuncios) y una cara invisible (su línea de acción, su propósito, sus principios). No disponer de un trabajo de branding estratégico es el fallo más común que nos conduce a incoherencias y posicionamientos planos. Es en este trabajo previo en el que se apoya la creación de un naming adecuado para expresar los valores adecuados de la marca. Esto juega un papel esencial en la estrategia de marca, ya que asegura que lo que se comunica sea coherente en todos los puntos de contacto.
Para construir un proyecto de creación de marca eficaz, necesitamos las llaves de todas las puertas de una empresa. Es la única manera de encontrar el eje principal sobre el que articular toda la maquinaria de una marca.
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El proceso arranca con una fase de investigación profunda, afectando a todas las áreas de una marca, sea nueva o establecida. También investigamos de forma externa, reuniendo información de valor sobre el sector, la competencia, el público objetivo, tendencias de consumo, etc.
Con un análisis completo, establecemos los cimientos para construir unos territorios de marca, valores propios, misión y propósito, entre otros elementos clave. Sin ellos, es imposible llegar a una identidad verbal que afecte al mensaje y al estilo, o a una identidad visual que concrete la representación de la marca y sus códigos visuales. Para mantener esta coherencia a lo largo de la vida de la marca se hace uso del manual de identidad, que define las pautas para la correcta aplicación de todos los elementos visuales y verbales de la marca, asegurando un posicionamiento de marca firme y coherente en el mercado.
Sirve para definir la identidad total de una marca, alineando valores, misión y propósito con los mensajes que envía y las acciones que lleva a cabo como marca. El objetivo es que dicha marca se diferencie de forma relevante, visual y conceptualmente.
Investigación, análisis y reflexión, para llegar a definir una estrategia adaptada a la realidad de la marca: Valores, identidad visual, identidad verbal, propuesta de valor, etc.
Se debe empezar por el análisis del sector y el diagnóstico de la marca, para después construir sus distintas identidades y pasar a planificar una activación de marca.
Si la estrategia de branding es para un nuevo lanzamiento, requerirá algo de planificación. Si es un cambio general en una marca existente, puede ser más ágil. Puede llevar desde dos meses hasta seis meses.
Si quieres tener algo más que un logo y generar vínculos con tu audiencia, posicionarte en el mercado y proteger (o alterar) la percepción que se tiene de tu marca, necesitas un branding estratégico.
Fuerza, innovación y cercanía
Nuevos tiempos para una marca con mucha trayectoria