A estas alturas podemos hacer una reflexión más precisa sobre la necesidad o utilidad de tener un espacio propio. Sigue teniendo sus pros y sus contras pero en los últimos tiempos y con las nuevas tecnologías hemos aprendido cosas sobre nuestro lugar de trabajo y la relación que tenemos con él que antes desconocíamos.
Son las 13:00 horas del 5 de Noviembre de 2021. Mi querido Luis Arronte me dice: “Ángel, te toca escribir en el blog. Podrías hacerlo sobre los espacios de trabajo, creo que ya tenías un borrador de hace un par de años”. Lo cierto es que buscando en Drive he dado rápidamente con dicho borrador y lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido: «Debo reescribirlo, la vida ha cambiado mucho en estos dos últimos años».
He decidido publicar el borrador de 2019 y después hacer algunos apuntes, para que se entienda como todo muta. ¡Vamos a ello!
Estoy convencido que más de uno pensará que no es necesario tener un lugar físico y que tanto esfuerzo no sirve para nada, pero nada más lejos de la realidad. Tener un espacio propio de trabajo, desde mi punto de vista, debe ser una prioridad si vas a emprender. Por muchas razones:
Cuando hablo de espacio de trabajo me refiero a una oficina, unas dependencias compartidas con otros profesionales o un coworking, la cuestión es salir de casa. Cada uno de ellos tiene sus pros y contras, pero siempre será mejor que estar en casa solo y en pijama.
¿Es necesario tener una oficina?
Sigo pensando que sí, pero con ciertos matices. Aún considero que es motivador y útil para establecer horarios. Es bueno de cara al cliente, pero ya no lo veo tan necesario; en ese aspecto hemos evolucionado.
También entiendo que hemos aprendido a evitar las distracciones en casa y hemos logrado concentrarnos. Algo que no me planteaba en 2019 es que el espacio es necesario a nivel psicológico y puedo poner un ejemplo: en Squembri estábamos deseando volver a la oficina, tener a nuestros compañeros cerca, abandonar Slack o Google Meet para comunicarnos entre nosotros, abrazarnos o simplemente sentir que a tu lado tienes un compañero.
Sí, es una razón de peso para poder decir que es necesario tener un espacio de trabajo. Pero también hemos tenido grandes descubrimientos con la COVID-19, por ejemplo habituarnos a las reuniones online con clientes. Sinceramente somos mucho más rentables usando Meet, Skype o Teams, podemos reunirnos con más personas más veces al día, sin desplazamientos ni horas muertas y podemos hacerlo desde una casa a otra o desde una oficina a otra. Sin lugar a dudas creo que ha sido de las pocas cosas buenas que hemos sacado del confinamiento; eso y aprender a hacer pan y masas de pizza.